Ahora que están tan de moda las películas sobre educación viene a mi memoria una joya del cine titulada Forja de hombres. La película, protagonizada por Spencer Tracy y Mickey Rooney, aborda el tema universal de creer en la bondad del hombre, sobre todo si ese hombre tiene menos de 15 años.
El protagonista descubre que su misión está en dedicarse a los niños huérfanos de la ciudad al ver cómo la tónica general de estos niños es que pasen a convertirse de desamparados en delincuentes por circunstancias crueles de la vida. Cree que no son malos por naturaleza, que necesitan cariño, dedicación, un techo digno e instrucción y por ello acaba creando la Ciudad de los muchachos, un lugar en el que ellos tienen sus normas de convivencia, sus alcaldes, sus fiestas, sus horarios y el buen ejemplo del fundador. La tesis del protagonista acaba cumpliéndose: “No existe ningún chico malo”, estos niños sólo necesitan amor y ejemplo.
Esta historia tiene mucho que inspirar a un colegio. Si éste trata con adolescentes primero debe plantearse qué son y adónde pueden llegar. Debe creer que pueden llegar a ser todo lo buenos que el colegio espere de ellos y para ello debe esperar todo lo posible de sus alumnos. Nunca hay nada perdido, sólo hacen falta dos ingredientes: creer que pueden ser todo lo buenos que se propongan y dar con la estrategia adecuada, como por ejemplo, darles más responsabilidades de poder en el colegio, crear un organigrama del que ellos sean parte indispensable, mostrar de manera pública las consecuencias de sus logros y caídas y por supuesto el impecable ejemplo de sus mayores: profesores, equipo directivo y personal no docente.
GEnial!!! Muy esperanzador en todos los ámbitos de la vida. No hay caso perdido si hay amor de verdad. Gracias Ro!!:)